Hoy la mayoría de los peregrinos eran de Polonia. Por ello la misa del peregrino se celebró parte de ella en polaco y fue bastante inusual para nosotros. Unos peregrinos de los EEUU nos obsequiaron con una dulce mermelada casera de cerezas aparte de la rica cena que nos preparó un italiano. Acogimos, además, a 3 jóvenes de Pamplona, no muy aficionados a los “san Fermines”, que con su testimonio y alegría hicieron la tarde aún más amena.
Agradecemos vuestra hospitalidad, trato exquisito e indescriptible. Primer albergue con una temperatura que se adecua a nuestras necesidades vitales y circunstanciales. De verdad, gente majísima. (Párroco, Fraile y hospitaleras) Javier, Pablo y Jorge, Pamplona
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