lunes, 29 de julio de 2013

26 Julio

Un día en el que reinó la presencia italiana. Como suele pasar, el momento de la bendición es el más especial del día. En él, los peregrinos expresaron sus ganas de seguir adelante, fiados de que Jesús les seguirá cuidando y guiando. Acoger a los peregrinos es acoger al mismo Cristo que, como dijo un peregrino, “no murió de diabetes sino que lo crucificaron por nosotros, los pobres, cansados y pecadores”.
Ultreia et Suseia

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